domingo, 14 de abril de 2013

Educar para el cambio


Cuando he escuchado las canciones, lo primero que sentía era la pasión que le ponían a las canciones a la hora de cantarlas, sentía la fuerza que transmitían, el mensaje que nos querían mostrar. Eran varias personas de distintas nacionalidades, pero cuando cantaban daba igual el color de la piel, de donde venían, quienes eran, porque cuando cantaban, se volvían personas sentidas. Personas iguales, con la misma libertad a sentir la vida, con el mismo derecho a amar, a disfrutar, a divertirse.

Estas canciones tenían mensajes profundos y a la vez simples, nos hablaban de la vida y el amor en ella. La vida solo es una y hay que aprovecharla, y sin amor es imposible. No importa el oro, el oro no es nada, no importa ser conocido por mil personas, la popularidad no es nada tampoco. El amor nos lleva a vivir, a sentir, y no trae la felicidad. El apoyo de amigos de verdad también, porque la importancia de ser alguien en la vida de una persona que quieres es todo lo que puedes necesitar. No es necesario ser cualquiera en la vida de muchos, basta con serlo todo en la vida de alguien.

La forma en que se expresaban estas canciones demuestra que todos somos iguales,  es un mensaje secundario si nos apartamos un momento de la temática musical. La diversidad de las culturas mostradas en el vídeo  nos demostraban como ya he dicho antes, que cuando nos unimos y somos solo personas sin nombre ni identidad, estamos juntos, y sentimos lo mismo. Porque todos somos iguales, todos somos libres.